DIOS LLAMO A LOS QUE EL QUISO. Marcos 3, 13-19
Cuando se inicia el proceso de formación, es la primera etapa para integrarse a la comunidad.
Ya una vez terminada la etapa inicial y si existe una determinación de continuar su proceso de formación, pasa a ser postulante.
Durante el trascurso de la comunidad, diferentes hermanas han recibido el llamado de Dios para dedicar su vida a la actividad misionera, con prioridad a los enfermos durante su caminar van descubriendo y afianzando su vocación para llegar al culmen de la vida religiosa.
Después de cuatro años de formación religiosa, realizamos los votos temporales, que es el inicio de nuestra entrega a Dios como consagradas en el instituto, cada año renovamos los votos.
Dar la vida al servicio de Dios y a su Iglesia, según las Constituciones de la comunidad y las Reglas de la Vida Religiosa, se acepta cuando ya se ha pasado todo el proceso de formación y trabajo dentro del apostolado del camino misionero. El 15 de agosto hicieron su consagración a Dios, desposándose con Cristo, por medio de los votos de pobreza, castidad y obediencia, votos que la iglesia acoge dando su bendición.
La oracion comunitaria y personal es la base de nuestra vida consagrada, es el lugar de encuentro con Dios, no hay día en que no nos pongamos en su precencia y hacerle presente a las personas que se encomiendan a nuestra oracion y rogando por todo el mundo.